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¿Cómo ayuda el EMAS a la gestión medioambiental?
EMAS es el acrónimo de Eco-Management and Audit Scheme. Se trata de un sistema comunitario relativo a la ecogestión y la ecoauditoría. Nació en el año 1993 con la creación del reglamento de la Unión Europea nº1836, que ofrecía la posibilidad a las compañías del sector industrial de participar de forma voluntaria en un programa de gestión y auditoría medioambiental.
El EMAS se entiende como una herramienta de gestión en el ámbito corporativo. Gracias a ella, las empresas pueden mejorar, evaluar y publicar cuál es su comportamiento en relación con el medio ambiente. Para ello, se tienen en consideración diversos aspectos tales como la eficiencia del proceso de producción o el nivel de gestión medioambiental en los diferentes departamentos que forman la compañía, entre muchos otros.
Así, las compañías que han adoptado el sistema EMAS pueden reconocer en toda la UE que realmente la información medioambiental que han facilitado es verídica. Se trata de una garantía muy importante de cara a los agentes tanto internos como externos.
¿Qué es el EMAS?
El EMAS es, por lo tanto, una herramienta voluntaria que se basa en un decreto de la UE y que está dirigida a las compañías del sector industrial.
El Comité Internacional de Internacionalización ISO cuenta con las normas ISO 14000. Se trata de un conjunto de normas que moderan los programas de gestión medioambiental. Estas se publicaron en el año 1996. Así, tanto las normas ISO como el EMAS tienen su origen en la década de los 90. Ambas normativas guardan una estrecha relación puesto que cuando se creó la norma ISO 140001 ya existía el EMAS.
Fueron muchos los gobiernos que participaron en el diseño y posterior desarrollo de la norma UNE-EN ISO 14001. Tras su puesta en marcha e implementación, se demostró que resultaba muy eficaz. En el año 2001 se publicó una revisión del EMAS y, en septiembre de este mismo año, la Comisión Europea adoptó los documentos en los que se determinaban las instrucciones técnicas para la implantación del sistema EMAS en empresas del sector industrial.
¿Cómo obtener el EMAS?
Las compañías deben cumplir una serie de requisitos básicos para conseguir el EMAS. Por un lado, es imprescindible pasar un examen en el que se evalúan todos los aspectos ambientales relativos a la actividad de la compañía: procesos productivos, servicios, productos, etc. Por supuesto, la compañía debe cumplir con la legislación vigente en lo relativo al medio ambiente y, además, se consideran la implantación de programas ambientales previos.
En función de los resultados obtenidos, se establece un sistema de gestión medioambiental de la mano de la dirección de la empresa. Es decir, se define un programa detallado en el que se determinan los objetivos, las responsabilidades, las necesidades de formación para los empleados, los sistemas de comunicación interno y externos, etc. En definitiva, los aspectos que forman parte del sistema de gestión ambiental de la empresa.
Por otro lado, se realiza una auditoría ambiental, evaluando el programa definido por la empresa y valorando los resultados de este. Además, se adaptan aquellos puntos de la política ambiental que sean necesarios, al tiempo que se establecen los objetivos y las acciones a corto plazo.
Finalmente, si la auditoría tiene resultados positivos, se lleva a cabo una declaración pública del comportamiento ambiental por parte de la organización. Dicha declaración refleja el cumplimiento de los objetivos ambientales y señala cuáles son las acciones que la empresa deberá llevar a cabo en el futuro para continuar en el proceso de mejora ambiental continua.
Por lo tanto, no es una auditoría del EMAS que refleja un momento dado en la actividad de la empresa, sino que trata de establecer un camino dirigido a la mejora medioambiental continuada en el tiempo.
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